Un Estudio Sobre El Diablo

Norberto R. Keppe

Existe un asunto teológico em particular que de hecho siempre fue tratado muy superficialmente, y esa es la pregunta sobre los demonios. ¿Ellos son reales o no son apenas símbolos de varias actitudes humanas? La primera cosa que yo podría decir aquí es que los demonios fueron siempre interpretados equivocadamente. Déjenme intentar explicar.

Los pueblos primitivos y las civilizaciones antiguas consideraban al diablo como una entidad que tomaba posesión del ser humano, volviéndose de esta forma responsable de las acciones de la persona. El exorcismo ha sido usado frecuentemente como una forma de librar al ser humano de ese mal.

Durante mi trabajo clínico en Psicoanálisis integral, comencé a percibir que las personas que llamamos mentalmente enfermos muestran actitudes de oposición a todo lo que es bueno, bello y verdadero, que son idénticas a las actitudes que atribuiríamos a los espíritus malignos. A través de su libre albedrio, el hombre es completamente libre para aceptar o rechazar lo que es real, lo que significa que él es libre para ser semejante a Dios o a Satanás.

Es totalmente equivocado, por lo tanto, negar la existencia de demonios. De hecho. Es precisamente esa negación, lo que les da la oportunidad de actuar libremente en las mentes de hombres y mujeres. Yendo más allá, es exactamente esa ignorancia de su existencia lo que Satanás quiere, porque eso permite que él conduzca su trabajo sin interrupción.

Nos podríamos preguntar: “Por qué siempre fue usada la forma de un animal para retratar al diablo?” Cabeza de cabra, por ejemplo, con cachos, rabo y cascos, y garras como manos – esas ilustraciones son comunes en el Cristianismo, Judaísmo y en las religiones orientales. Podemos ver eso aun hoy, como lo vimos en los tiempos antiguos o en la edad media. La diferencia es que ahora la ciencia moderna tiene los medios para explicar todo eso.

Las personas que inician el camino de descenso hacia una enfermedad mental más grave comienzan a adoptar comportamientos que son diferentes de la conducta que consideramos normal, y comienzan a comportarse de forma muy semejante a los animales. Cuando alguien es criticado por su extraño comportamiento, oímos cosas como “Él se está comportando como un animal”.

En la esquizofrenia más pronunciada, lo que puede ser típicamente observado son manierismos repetitivos acompañados de gestos exagerados y un comportamiento semejante a los simios. Hasta incluso las expresiones de esos individuos están más cerca del aullido que del habla. En sus fases más agresivas, ellos parecen realmente fieras listas para atacar. En este punto, usted puede notar la analogía que estoy intentando establecer entre los demonios y los enfermos mentales, ya que ellos son imágenes en espejo. En ese sentido, satanás podría ser llamado ángel esquizofrénico.

Las personas paranoicas, o los individuos que sufren de manías de persecución creen firmemente que están siendo perseguidos por otros, especialmente de aquellos que están intentándolo todo para ayudarlos. Fue exactamente esa reacción que los espíritus malignos mostraron con relación a Jesús, cuando dijeron: “¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo, 8:29). De hecho, ellos no querían reconocer que su sufrimiento fue causado por su rechazo al amor, bondad y vida, y la presencia del Hijo de Dios apenas traía su condición a la consciencia.

La cosa más importante que estoy intentando transmitir a través de este estudio es que satanás es un ser enfermo, no todopoderoso y semi divino como es retratado frecuentemente. Realmente, él es como un ser humano psicótico. A veces, esos psicóticos consiguen mantener escondida su peor patología y logran “engañar” a los que los rodean. Yo puse la palabra “engañar” entre comillas porque nosotros realmente tenemos un monitor de la verdad dentro de nosotros, que reconoce exactamente lo que es cierto y lo que es equivocado.

Siempre existen preguntas que nos vienen a la mente cuando leemos las escrituras. Por ejemplo, por qué Jesús se encontró con tantas personas afligidas por los demonios, cuando raramente hoy encontramos ese fenómeno? La explicación usual es que aquellos tiempos eran muy diferentes, e que él tenía una dispensa especial de Dios. Sin embargo, yo tengo una idea completamente diferente sobre eso.

Inicialmente, nosotros debemos considerar que Jesús, siendo Dios, tendría que lidiar con los ataques más pesados de las entidades malignas. Al final, Jesús no era apenas un hombre, sino también un espíritu(puro) enfrentando a otros ser espiritual (Un rebelde), lo que explicaría todas las evidentes y obvias provocaciones.

Los problemas humanos comienzan en la dimensión espiritual de los sentimientos y pensamientos, que siempre están bajo la influencia de las sugestiones de ángeles y demonios que nos rodean. Debemos ver que, después del Creador, los seres más perfectos son los espirituales, que pueden ser buenos o malos (ángeles o demonios), dependiendo de su elección. Estamos obligados a considerar que participamos de ese vasto universo espiritual (inmaterial).

Cuando hablo de dialogar con los demonios, estoy refiriéndome a una conversación real como la que tenemos con otras personas, pero con la significativa diferencia de que ella es conducida por la parte espiritual, que habla respecto a nuestra salvación eterna, lo que significa que ella depende del tipo de relación que tenemos con Dios. Este es de hecho, el campo más apropiado para el hombre. Al final ¿no sentimos un fuerte deseo de felicidad? Sabemos que ella existe, pero tenemos dificultades en ubicar de donde viene. Al mismo tiempo, podemos ver que la conexión que tenemos con el llamado mundo espiritual es mucho más intensa y definitiva que cualquier otra que establecemos con el mundo material. Podríamos decir que todo lo acontece en este plano material constituye un reflejo directo de lo que hacemos en el más allá.

Estamos totalmente inmersos en lo infinito. Si meditamos sobre eso por algunos instantes, y permitimos que nuestros ojos se abran un poco a eso, percibiremos inmediatamente la existencia de ese universo completamente diferente. Como ejemplo, Considere a los millones de personas que ya murieron; ellos aún existen, sea en dimensiones de mucha luz, o de oscuridad, dependiendo de aquello por lo que ellos optaron. En realidad, es como si ellos estuvieran en salas adyacentes. Además de eso, más allá de ese nivel podemos ver más luz y claridad, y un espacio lleno de criaturas iluminadas por una luz más intensa, que es casi igual a la luz del ser más radiante y magnifico que existe: Dios: Podríamos decir que son esos seres altamente iluminados que aceptan la verdad totalmente, la bondad y la belleza, mientras que las luces de los otros están casi extintas, debido a su rechazo a esos elementos trascendentales.

Así como no podemos comparar el mudo físico (o el funcionamiento de los órganos humanos) con el psicológico (Los mundos de los sentimientos y del intelecto), debemos ver que el vasto cosmos es apenas una pequeña parte de la totalidad espiritual del Creador. Mucho antes de su creación, Él ya había hecho los ángeles, arcángeles, querubines y serafines que existen en el universo del cual participamos hasta hoy -aunque le demos la espalda.

De hecho, es por esa precisa razón que yo declaro que el diablo solo piensa en Dios, incluso cuando quiere sabotearlo al mismo tiempo. Lo que yo quiero decir es que cuanto más el diablo intenta olvidar al Creador, Más lo recuerda, porque solo se puede gustar de lo que es bueno. Es exactamente la misma cosa con el hombre: tenemos todo lo que necesitamos, pero incesantemente nos quejamos del trabajo, de otras personas, y hasta de la propia vida, lo que prueba nuestro deseo de transformar este paraíso en un verdadero infierno de intriga, sospecha y tensión. ¿No es por esa razón que este mundo es frecuentemente llamado el Reino de Satanás?

Lo que llamamos actitud demoniaca es simplemente una cosa “estúpida”, representando la peor elección posible – más o menos como los psicóticos, que destruyen sus amistades e incluso hasta sus propias capacidades en ese comportamiento mentalmente enfermo. Cualquier psiquiatra ya habrá visto eso. De hecho, todo el mundo tiene problemas, pero aquellos que se dicen enfermos usan eso como una disculpa para no hacer nada.

Una persona no necesita ser un santo para expulsar a Satanás de su vida. Sin embargo, debemos expulsarlo adoptando una actitud de respeto por el Creador, para que el maligno pueda ver que no queremos nada con él. El diablo es extremadamente alienado y totalmente inadecuado. Él se comporta como aquellos individuos agresivos que, si no son rechazados firmemente, continúan teniendo actitudes agresivas e impiadosas en relación con los otros. Si la persona puede mantener su mente firme en el bien, es como un golpe en la nariz a los demonios, que entonces dejan de intentar cualquier cosa de ahí en adelante.

Cuando el hijo de Dios estaba en la Tierra, Satanás, no sabía exactamente con quien estaba tratando, entonces se comportó como un completo idiota, lo que explica sus numerosos intentos por tentar a Jesús. Estoy diciendo que las personas “endemoniadas” son poseídas por el espíritu maligno, pues ellas adoptan una actitud semejante a la de él, volviéndose “amiguitos”.

Si pudiésemos salvar a los demonios, nosotros lo haríamos, porque es lamentable ver a una legión de seres espirituales completamente desplazados de su posición original de felicidad. Creo que ellos están intentando vivir bien, pero tienen una actitud totalmente invertida, como la de los psicóticos aquí en la Tierra. De cualquier forma, solamente ellos mismos pueden dejar esa situación, volviendo a un comportamiento apropiado.

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